En un principio se me vendió muy bien el tema, vendes donde quieres y como quieres y sin presiones, me pareció genial, no tenía en mente dedicarle demasiado tiempo a mi nuevo trabajo de venta por catálogo de cosméticos, y si ganaba algo extra pues lo podía emplear en comprarme alguna cosilla de maquillaje o una fragancia del mismo lugar…
En fin, relleno la solicitud por internet, y al cabo de una semana me llama la “líder” de mi zona para contarme como funciona mi trabajo de distribuidora…
El impacto fue tremendo, me encuentro con una vendedora nata, que hace más caso de sus dos móviles y del portátil que de explicarme en qué consiste todo. Le hago muchas preguntas de las que se sale por la tangente, y me dice que esto de la venta por catálogo es casi casi un chollazo, y que la zona donde voy a trabajar es “virgen”, que no hay nadie y que en cuanto entregue un catálogo me van a salir clientes por un tubo…
Vamos a ver que tonta no soy, que sé que en la zona donde yo vivo hay distribuidoras de esta empresa en concreto, tantas que me faltan dedos de la mano…
Ahí ya me mosqueé porque le pillé en la primera mentira…
Total, que después de no enterarme de nada, me encuentro con seis catálogos y un montón de papeles de los que me voy enterando poco a poco para que sirven…
Con mi número de distribuidora entro en el site de la empresa y ahí es cuando mi sorpresa ya es brutal!!
Hay pedido mínimo, sí señor!! Si vendes 45€ en productos o más, no tienes que pagar nada, pero si haces un pedido inferior a ese precio, hay unos gastos de envío por mi parte de 3,50, pero ahí no queda todo, si el pedido es inferior a 25€, entonces tengo que sacar de mi bolsillo 7,00 euros del ala!!!
¿Y pensáis que ahí queda todo? Pues no, ya mosca, hice un grupo en Facebook invitando a mis amigas y otro por Whatsapp, de lo que os contaré más tarde, un par de chicas me hacen un pedido y yo, lo relleno porque había unas ofertas que me gustaban y me apetecía darme el caprichillo de comprar algo de maquillaje…
Voy a hacer el pedido y veo que si lo hago por internet o por sms tengo que pagar por gastos de administración 0,90€ y si lo hago por teléfono serán 3,00€.
¿Cuales son mis supuestos beneficios?
En el sector de la cosmética, los beneficios por venta son del 25%. Es decir que si yo hago un pedido de 45€, mis beneficios brutos son de 11,25€, y si le quito los 0,90€ por administración, obtengo 10,35€ netos.
Pero ¿y si por casualidad me hacen un pedido inferior a 45€? Supongamos que me piden dos productos por un total de 20€. El porcentaje bruto de mis ganancias es de 5,00€, a lo que debo quitarle 7,00 de gastos de envío más los 0,90€ de hacer el pedido por internet. ¿Cual es el resultado? Pues que después de hacer de distribuidora tengo que pagarle a la empresa de venta por catálogo un total de 2,90€!!! Pero a eso hay que añadirle el hecho de que hay que hacer el ingreso por transferencia o por giro postal, con lo que a ese dinero hay que añadirle aproximadamente, dependiendo de lo que escojamos otros 3€, con lo que perdemos en esta venta 5,90€!!!
Y eso no es todo, ahora quedan algunos extras, si queremos muestras para repartirlas entre amigas y familia, estas hay que pagarlas, las bolsas para repartir los productos hay que pagarlas, los folletos hay que pagarlos y así un largo etcétera…
Con lo que encima de no ganar absolutamente nada tengo que terminar pagando!!
Pero esto no es todo, ahora le toca el turno a la sociedad… El trabajo de venta de cosméticos se ha hecho toda la vida del mundo, con más o menos éxito, ¿pero qué sucede cuando es tu “amiga” la que es distribuidora? Pues sucede que no se te acerca ni el tato, es como si desprendieras cierto tufillo desagradable que no gusta…
Hay algunas personas que lo ven estupendo y dicen “Oye que bien, pues tú mándame ofertas que así te compro”, otras lo ven como “Ufff mira otra pesada que me tengo que quitar de encima” y luego están las que te miran de reojo pensando “ay madre qué excusa le meto para quitármela de encima”… Y es así!!
Algo tan simple como pensar, si me ofrece y me apetece pues veo el catálogo y si no quiero pues le digo que no y ya está, se convierte en una especie de repudio, muchas veces inconsciente de la persona que trabaja como distribuidora…
En mi caso era algo tan sencillo como, de vez en cuando os pondré alguna oferta por facebook o whatsapp que si os apetece la compráis y si no pues nada, digamos que no me iba la “hipoteca” en ello, por lo menos de momento no, más adelante nunca se sabe… Pero hay mujeres que se patean calles y calles buscando alguien que les mire el catálogo porque la necesidad es acuciante y es una pena ver cómo te giran la cara como si fueras una apestada, que les sucede…
Si hay algo que he sacado en claro con esta experiencia, de la que me hubiera encantado dar nombres, pero ya sabéis que sería contraproducente para esta humilde escritora, es que de la venta directa a un negocio piramidal, la línea es muy fina, que como no te des cuenta termina arrastrándote, así que cuidado en quien confiáis y fijaos bien en qué tipo de moto os están vendiendo amig@s…
Ay, ay, ay, que se me olvidaba, hablando de negocio piramidal. Lo primero que me quiso meter la “líder de ventas” es que yo era muy especial (eso ya lo sé yo, no hace falta que me lo diga ella…) y que tenía aptitudes para ser una líder. ¿Sabéis en qué consiste una líder de ventas? En este caso yo tenía que convencer a seis mujeres para que se hicieran distribuidoras y entre las 7 teníamos que llegar a una venta mensual de mínimo 128€, es decir que yo debía presionar a las otras distribuidoras para que vendieran y llegar al cupo. Se pueden llegar a tener todos los grupos de seis distribuidoras que se quieran mientras se llegue o se sobrepase el pvp estipulado. A su vez ellas pueden ser líderes de su zona con lo que a mí me reportaría unos ingresos extra… Total, ¿a qué os suena esto?
Otra cosa importantísima que se me olvidaba, como blogger tenía muy claro que lo que me interesaba era dar a conocer los productos que yo probara y si los vendía pues estupendo! Pero cuidadín, si quiero vender productos a través de mi blog, la única y cito textualmente, “la única responsable de la venta y la transacción realizada sería usted, no teniendo tal empresa responsabilidad alguna respecto de las consecuencias que se pudieran derivar de dicha venta.”
En el caso de que yo hubiera querido comercializando estos productos por internet a través de esta web, debería cumplir unos requisitos:
No usar imágenes de sus modelos.
No copiar las composiciones fotográficas de la empresa
Y debería incluir esta reseña en un lugar bien visible del blog:
” Esta página web es de titularidad de D. / Doña:______________________________________, no constituyendo el sitio web oficial de la empresa, por lo que cualquier reclamación relacionada con la adquisición de productos deberá dirigirse a __________________________________ y nunca a la empresa.
Es decir que si yo os informo de lo que vendo por redes sociales no hay problema, el inconveniente viene si quiero poner un producto a la venta en mi blog, claro, comprensible, imaginad que yo tengo éxito vendiendo productos de esa empresa en mi web, ya no me hacen falta 6 distribuidoras a las que exigirles que lleguen al cupo, yo sola me basto y me sobro para hacerlo, por lo que el negocio piramidal, por mi parte, se va a pique…
Dicen que hecha la ley hecha la trampa. No digo que todas las empresas de venta por catálogo actúen como os narro en mi experiencia pero sí que os aconsejo que vayáis con ojo, que no todo lo que reluce es oro. Yo he llevado mi caso hasta la última consecuencia para daros a conocer cómo es el funcionamiento de algo que nos venden como oro puro y lo cierto es que no llega ni a una piedra que nos encontramos por el camino, cuidadín con lo que pueden ofrecerte…
Soy consciente que muchas personas pueden darse por aludidas, unas me darán la razón, otras me pondrán a caer de un burro, yo he contado mi caso, mi experiencia, y os aseguro que si tengo que probar alguna otra empresa que me diga que ellos no trabajan así, lo haré encantada. Sabéis que no me caso con nadie, cuando algo lo veo bueno, que me gusta, etc, lo digo, en este caso la experiencia no ha sido mala porque no me he pillado los dedos, y gracias a buenos consejos de amigas que me han hablado del tema (gracias a vosotras Paty y Esperanza por contarme cosas que ignoraba)…
Por cierto, cuidado si trabajáis como distribuidoras porque también os puede suceder, este no ha sido mi caso, pero sí me lo han contado y quiero transmitirlo, de personas que os hagan el pedido, vosotras de buena fe entreguéis los productos y que si pasa mañana que te pagaré, que si pasa pasado, y al final os podéis quedar con una mano delante y otra detrás…
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